martes, 28 de enero de 2014

Saskatoon Tonight

Devastadora e implacable la muerta avanza impasible, acabando con todo lo que se encuentra a su paso, arrebatando almas como un dementor, destruyendo cuerpos disfrazada de enfermedad. No hay modo posible de escapar, te persigue y acaba por acorralarte en un callejón oscuro donde luchar ya no surte efecto, no tienes mas salida que la de entregarte a ella dejando todo atrás. ¿Qué se debe sentir cuando posa sus labios en la frente de aquellos a los que se lleva? A los que nos quedamos solo nos deja frío...

viernes, 17 de enero de 2014

Ocean

Plántate a escribir lo primero que se pasee por tu mente, sumale una buena canción, añade unas pocas sonrisas si te apetece, aprender a vivir nunca había sido tan fácil. Es en momentos como éste, en los que la tranquilidad va haciéndose hueco poco a poco, que pienso en todo y nada a la vez, nuevas sensaciones van apareciendo a paso lento pero firme y otras que hacía mucho que no tenías vuelven a hacerse un sitio dentro de ti, cada vez más grande. Vivir nunca había sido tan excitante, ya lo dicen, al miedo se le asusta rápido si sonríes muy fuerte.

jueves, 9 de enero de 2014

fljotavik

La realidad te ha golpeado, te ha girado la cara y te ha hecho darte de bruces contra la pared. Has sentido un dolor que jamás habías experimentado, todo te parece irreal. Recuerdas cómo contemplaste la escena, pero era como si estuvieras viéndola desde fuera, te das cuenta de que no sentiste ni una mínima parte del dolor que ahora te oprime el corazón y te rompe el alma desprendiéndose de ella un pedacito que ya jamás va a volver, porque se fue con la puesta de sol más bonita que hayas visto jamás. Y ahora está dentro de una caja de la que no va a salir, nunca. Ya jamás volverás a oler su perfume, ni a verlo sonreír. Jamás vas a poder volver a llamar a nadie yayo. No volverás a sentir sus manos ásperas acariciándote la cabeza, ni a oír sus ronquidos. Se ha ido y te ha dejado aquí, sola, sin saber qué hacer con todo esto que te abruma. Repartiste los recordatorios observando cómo la gente te miraba, quizá con lástima, y no ha sido hasta que has visto uno de ellos que no has abierto los ojos y comprendido lo que ha pasado. Que la verdad duele, pero tu ausencia aún más.