lunes, 1 de febrero de 2016

No tienen derecho.

Hoy al despertar me ha apetecido ponerme falda, así que después de ducharme he rebuscado por los cajones, he sacado mi falda negra y me la he puesto encima de las medias, he salido de casa contenta, me sentía guapa, sexy incluso. 
No sabía que justo al salir a la calle iba a cambiar de parecer. He sentido un asco inmenso e irreprimible cuando el hombre que lleva el bar de debajo de mi casa, el cual me saluda todas las mañanas, me ha comido con los ojos haciéndome un repaso de arriba a abajo.
He seguido sintiendo asco durante todo el camino, notando miradas de aquí y allí, evaluadoras, lascivas, asquerosas. Me miraban como si no hubiesen visto unas piernas en su vida, tenían los ojos teñidos de promesas nada agradables, de deseos llenos de lujuria.
Y yo, que en ningún momento pretendía provocar ningún tipo de reacción al ponerme falda esta mañana, no he podido hacer otra cosa que tirar de la tela hacia abajo intentando cubrir el máximo de mi piel posible. Me han hecho sentir sucia por enseñar las piernas, que son mías y de nadie más y con las cuales puedo hacer lo que me da la gana. Me han mirado tan intensamente que he tenido la sensación de ir desnuda.
He subido el volumen de la música para no oír los comentarios que han acompañado las miradas y he ignorado cualquier palabra que se haya podido colar entre las notas, me he bloqueado, impotente, no sabía qué contestar.
Me he sentido agredida, HE SIDO agredida.

No quiero dejar de ponerme falda cuando me apetezca, no quiero dejar de ir sin sujetador si me da la gana, NO QUIERO, simplemente porque estoy en mi derecho. No quiero tener que aguantar comentarios y miradas como las de hoy, que me hagan sentir como si fuera algo que se pueda poseer, tocar o cosas semejantes. 
No quiero sentir asco y repugnancia por vestir como me apetece, ni dejar de hacerlo para evitarme lo que he vivido hoy. No somos nosotras las que nos hemos de "tapar", es la gente de nuestro alrededor la que ha de aprender que no somos de nadie y que tenemos todo el derecho del mundo a vestir como queramos, pero que ellos no tienen ninguno para decirnos barbaridades y hacernos insinuaciones. No tienen derecho a hacernos sentir mal, no tienen derecho a opinar sobre algo que no les concierne. No tienen derecho a hacernos sentir sucias. NO TIENEN.