De aquellos días en los que el Universo decide aliarse en tu contra y reúne un cúmulo de pequeñas cosas que te van carcomiendo por dentro, poco a poco, pero sin prisa ni pausa. Notas como te vas despedazando en migajas pero no encuentras el recogedor. El sueño ha sido devastador en su manera, la noticia de primera hora te ha recordado todo lo que ya viviste, y la desaparición del gato ha hecho colmar el baso. Pequeñas cosas que nos recuerdan que somos humanos, que sentimos, que la vida pasa y que no somos de piedra. Pero de verdad que hacía falta que fuera todo de golpe?
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